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Predecir el tiempo consiste, ante todo, en observarlo bien

Predecir el tiempo consiste, ante todo, en observarlo bien

Sequías, tormentas violentas, fuertes lluvias… Entender la meteorología resulta crucial para los agricultores. Se trata de adquirir una cultura de la meteorología que debe pasar por una buena observación y una previsión adecuada. Reunión con Louis Bodin, uno de los especialistas en este ámbito en Francia.

«Predecir la evolución del tiempo y de la naturaleza consiste, ante todo, en observar la meteorología de forma adecuada», explica Louis Bodin, presentador e ingeniero especializado en meteorología.

Invitado excepcional de Sencrop durante el seminario web del pasado 18 de marzo, el rostro más emblemático de la meteorología en Francia era muy esperado entre los agricultores invitados a participar en esta conferencia en línea.

¿La meteorología? «Una pasión» para el hombre que presenta cada semana los pronósticos meteorológicos en la cadena nacional francesa. Una experiencia de varias décadas que le ha enseñado a ser «humilde en un ámbito que tiene sus limitaciones».

Los agricultores frente a los desafíos meteorológicos

No resulta raro ver en verano explotaciones devastadas por el granizo o, en ocasiones, a comienzos de la primavera a causa de heladas tardías. La principal cuestión para que los agricultores puedan preservar sus cultivoses saber prever lo mejor posible para poder anticiparse de forma eficaz, de ahí que la meteorología y sus previsiones desempeñen un papel fundamental.

Para prever el tiempo, existen diferentes modelos meteorológicos. A la pregunta «¿Sabe qué modelos de previsión meteorológica están detrás de las aplicaciones y de los sitios web de meteorología?», en torno al 70% de los participantes respondió «no». Un resultado que no sorprende al meteorólogo, que reconoce que entre la población existe «poco conocimiento sobre el origen de las previsiones». Entre los grandes modelos meteorológicos del mundo, se incluyen el estadounidense GFS, el suizo Meteoblue o, incluso, los modelos franceses ARPEGE y AROME. Son modelos diferentes, que no se utilizan cotidianamente de la misma forma y que, por tanto, no ofrecen las mismas previsiones, aún menos a escala local.

Entonces, «¿por qué hay tantas diferencias entre estos modelos?», pregunta uno de los participantes, Nicolas Ragot, viticultor y apasionado de la meteorología. Porque estos modelos funcionan con cálculos de previsiones diferentes. Nos referimos a los llamados algoritmos. «Varían en función del país», explica Louis Bodin. «Un modelo puede dar muy buenos resultados en función de diversas condiciones», precisa el especialista en meteorología explicando la influencia de los océanos o, incluso, de las montañas en la previsión local. En el caso de Francia, a escala nacional, deben tenerse en cuenta varias influencias: «La influencia atlántica, la continental y la mediterránea. Todo se entremezcla. Realizar una buena previsión en Inglaterra es mucho más sencillo que en Francia», afirma este ingeniero especialista en meteorología. Louis Bodin insiste en la importancia de tener en cuenta estos parámetros: «Hay que dedicar tiempo para determinar que, en función de la geografía o de la zona en cuestión, un modelo ofrecerá mejores resultados que otro». Un aprendizaje que requiere tiempo, análisis y observación.

¿Es la meteorología una ciencia fiable?

«No al 100%», reconoce este ingeniero meteorólogo, que admite «equivocarse una media de un día cada 30» en la preparación de sus pronósticos meteorológicos. «El problema es que, a veces, eso puede complicarles el trabajo a los agricultores, por ejemplo. Pero, por desgracia, las cosas son así. Procuramos limitar al máximo estos errores», insiste el experto meteorólogo durante la conferencia. La primera etapa se basa, sobre todo, en la observación mediante el uso de estaciones meteorológicas, aviones y satélites especializados. Se utilizan otras herramientas para perfeccionar las previsiones, como globos sonda enviados a la atmósfera, que permiten recoger datos sobre la temperatura y la humedad en las alturas. «Si queremos realizar una buena previsión, debemos conocer el tiempo que hace en todo el planeta, ya que todo está interrelacionado», añade Louis Bodin. Es la química «entre las observaciones y la potencia de los cálculos, lo que permite a los ordenadores producir mapas de previsiones», explica el especialista.

Un estudio de Sencrop aclara la fiabilidad de los modelos meteorológicos

«La meteorología es nuestro día a día, aunque la observamos varias vecesal día, hay ocasiones en que pasamos algunas cosas por alto. Preferiríamos que fuese mejor», admite el viticultor Nicolas Ragot. Este apasionado de la meteorología reconoce moverse entre la observación meteorológica, gracias a sus diferentes estaciones, y los modelos meteorológicos. «En el ámbito de la viticultura, anticiparse es esencial como, por ejemplo, cuando veo venir episodios de heladas importantes», insiste el viticultor. Sin embargo, hay que procurar «no buscar un modeloque anuncie mejor tiempo que otro», avisa.

En un reciente estudio llevado a cabo por Sencrop en el pasado mes de enero, se detalla la calidad de las previsiones de estos modelos meteorológicos. El informe se realizó comparando los datos de las estaciones meteorológicas Sencrop con las previsiones de los diferentes modelos.

«Establecimos una puntuación para cada uno de los criterios. Por ejemplo, para la temperatura, verificamos la diferencia entre la previsión y la realidad», comenta Kévin Guilbert, responsable de la aplicación Sencrop y encargado del estudio.

«No hay un modelo mejor que otro, todo depende del territorio."

Observamos que el modelo AROME,perteneciente a Météo France, destaca positivamente para las previsiones a corto plazo de las temperaturas en Champaña-Ardenas, aunque un poco menos en el oeste del país. Es el modelo neerlandés Harmonie el que toma ventaja para la región centro-occidental del territorio». Para las previsiones más a largo plazo, «a la cabeza se sitúa un modelo alemán con una fiabilidad estable a lo largo del tiempo», explica el responsable del estudio en Sencrop.

El estudio llevado a cabo en 300 estaciones de Europa y que comparaba 10 modelos de previsiones confirmó que la fiabilidad de un modelo depende de varios criterios, comola localización de la explotación agrícola, el horizonte de previsión, la estacionalidad o, incluso, la temperatura.

Para reafirmar esta conclusión, el amante del viento y de las nubes, Louis Bodin, confirma lo siguiente: «Todos los países quieren tener observaciones y previsiones cada vez más completas y fiables». ¿Una buena noticia para la meteorología del mañana?

Kévin Floury