El trabajo agrícola, incluida la siembra de invierno, está sujeto diariamente a los caprichos del clima. ¿Cómo puede el clima conectado ser un aliado valioso para los agricultores durante este trabajo?
Las condiciones inadecuadas a la hora de sembrar cereales de invierno pueden tener un impacto significativo en el cultivo. Los riesgos relacionados con las condiciones climáticas incluyen heladas tempranas, lluvias excesivas y suelos demasiado secos.
Particularmente preocupante son las heladas tempranas, que pueden ocurrir a finales del otoño o principios del invierno. Pueden congelar semillas recién plantadas, retrasando o impidiendo su germinación. Además, pueden dañar las plantas jóvenes que ya emergen del suelo, comprometiendo su crecimiento.
El exceso de lluvia también puede ser un problema. El suelo empapado puede dificultar el acceso de las raíces a los nutrientes esenciales, lo que dificulta el crecimiento de las plantas. Además, el suelo saturado puede provocar que las semillas se pudran. Los cereales de invierno requieren un suelo bien drenado. Por tanto, es fundamental evitar precipitaciones excesivas a la hora de sembrar.
Por otro lado, un suelo demasiado seco puede ralentizar la germinación y el crecimiento de los cereales de invierno. Cuando el suelo carece de humedad, las semillas pueden tardar más en germinar y las plantas jóvenes pueden sufrir estrés hídrico. Las condiciones secas también pueden reducir la calidad de los cultivos al limitar el desarrollo de las mazorcas.
La elección de la fecha de siembra se basa en primer lugar en la variedad plantada. Generalmente los cereales que se plantan temprano son variedades tardías. De hecho, es necesario tener en cuenta la fecha de salida y la altura de 1 cm de la espiga para minimizar el riesgo de congelación de la misma. Por el contrario, para siembras posteriores se utilizarán variedades tempranas. El ciclo de la planta es entonces más corto.
La elección de la fecha de siembra también depende de la zona geográfica, ya que las condiciones climáticas pueden variar mucho.
Finalmente, debes sembrar cuando las condiciones climáticas sean óptimas: suelo drenado (pero no seco), sin sequías severas ni precipitaciones en el futuro.
Ante estas condiciones climáticas impredecibles, los agricultores deben evaluar constantemente los riesgos y tomar decisiones informadas. Aquí es donde el clima conectado se convierte en un recurso invaluable. Proporcionando datos meteorológicos oportunos Previsiones meteorológicas reales y fiables o incluso alertas personalizadas, el tiempo conectado permite a los agricultores planificar sus siembras con tranquilidad y minimizar los riesgos potenciales.
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