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¿Cómo combatir el estrés hídrico en la agricultura?

¿Cómo combatir el estrés hídrico en la agricultura?

El estrés hídrico en la agricultura se produce cuando la disponibilidad de agua para los cultivos es insuficiente para satisfacer sus necesidades (la demanda de agua supera los recursos disponibles). Esto puede repercutir negativamente en su crecimiento y desarrollo. Este estrés puede deberse a la falta de precipitaciones, a una sequía prolongada o a una mala gestión del agua.

Hoy en día, el estrés hídrico es un reto importante para muchos agricultores. De hecho, el cambio climático y el aumento de los periodos de sequía repercuten directamente en la disponibilidad de agua para las plantas. Esto pone en peligro parte de la producción agrícola mundial.

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El estrés hídrico puede ser buscado para determinados cultivos. En viticultura, por ejemplo, permite controlar el crecimiento vegetativo de las vides y favorecer así la concentración de aromas y la calidad de las uvas. Sin embargo, ¡un estrés hídrico demasiado descontrolado también puede causar graves daños a estos cultivos!

Es esencial encontrar soluciones para hacer frente a este problema y limitar su impacto en las parcelas.

¿Cómo afrontar y limitar el estrés hídrico en sus parcelas? Optimización de los recursos hídricos, conservación del agua en las parcelas o incluso prácticas agronómicas, he aquí algunas soluciones eficaces que le ayudarán a optimizar el uso del agua y a mantener su productividad en estas condiciones de aumento de los periodos de sequía.

Optimizar los recursos hídricos

Una primera palanca a su disposición es el uso eficiente de los recursos hídricos. Para ello es necesario utilizar técnicas de riego adecuadas, pero también herramientas de gestión del riego.

Elegir la solución de riego adecuada

Hoy en día existen varios sistemas de riego: riego de superficie, riego por aspersión o sistemas de riego por goteo

Los sistemas de riego por goteo son eficientes desde el punto de vista hídrico porque suministran el agua a una distancia mucho menor de la planta, limitando así la evaporación. Sin embargo, es un sistema difícil de aplicar en cultivos a gran escala. Por eso se utiliza sobre todo en horticultura, viticultura y arboricultura. Lea nuestro artículo completo sobre los diferentes sistemas de riego.

Controlar el estado hídrico de sus parcelas con una herramienta de gestión del riego

Existen varias herramientas para medir el estado hídrico de los suelos, seguir la evolución de la disponibilidad de agua en las parcelas e identificar el momento óptimo para activar el riego.

Entre estas herramientas, las más conocidas son las sondas de suelo (sondas capacitivas o tensiométricas), pero existen otras soluciones innovadoras como los sensores de irradiación solar. Estos diferentes sensores son esenciales para controlar con precisión la cantidad de agua presente en el suelo. Esto ayuda a evitar el riego excesivo o insuficiente, garantizando así un uso eficaz del agua, adaptado a las necesidades de sus cultivos.

Seguimiento del balance hídrico de una parcela con la solución Sencorp

Otras prácticas de optimización

Otras prácticas, como el mantenimiento regular de los sistemas de riego, son esenciales para optimizar el uso del agua. Así se evitan fugas o pérdidas innecesarias de agua.

Un seguimiento atento de las previsiones meteorológicas también ayuda a ajustar el programa de riego en función de las precipitaciones previstas.
Optimizar los recursos hídricos no sólo ayuda a hacer frente al estrés hídrico, sino también a conseguir importantes ahorros en términos de costes de riego y consumo de agua.

Conservación del agua en las parcelas

Además de optimizar el uso del agua, la conservación del agua en las parcelas puede limitar el estrés hídrico en los campos agrícolas. He aquí algunos ejemplos de soluciones eficaces a disposición de los agricultores.

Conservación del suelo

Las prácticas de conservación del suelo, como la cubierta vegetal, son formas eficaces de reducir la evaporación del agua del suelo.

La cubierta del suelo consiste en plantar cultivos intermedios para mantener una cubierta permanente, reduciendo así la erosión y la pérdida de agua por evaporación.

Construcción de estanques de retención

Estos estanques almacenan el agua de lluvia, dejándola disponible para su posterior riego. Al recoger el agua de escorrentía, se puede reducir la dependencia del agua de fuentes externas. Estos estanques pueden diseñarse en diferentes tamaños y formas para adaptarse a sus necesidades específicas.

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Como con todas las soluciones presentadas, es necesario sopesar las ventajas e inconvenientes del método tanto para los cultivos propios como para el medio ambiente.

Prácticas agronómicas

Selección de variedades adaptadas

Elegir cultivos y variedades resistentes a la sequía es una de las estrategias clave para garantizar la productividad agrícola minimizando el impacto del estrés hídrico. Los garbanzos, las lentejas o el sorgo son, por ejemplo, especies muy resistentes a la escasez de agua.

Algunas variedades han sido seleccionadas por su capacidad para sobrevivir con una disponibilidad limitada de agua. Puedes pedir a los institutos de investigación agrícola o a los proveedores de semillas que te indiquen las variedades recomendadas para tu región.


Rotación de cultivos

La rotación de cultivos puede ayudar a mejorar la resistencia del suelo al estrés hídrico. Alternando los cultivos, puede evitar el agotamiento de los nutrientes y la degradación de la estructura del suelo, al tiempo que mejora la capacidad del suelo para retener el agua. Algunos cultivos, como las leguminosas, también pueden enriquecer el suelo con nitrógeno, favoreciendo la salud general del sistema agrícola.

Control de las malas hierbas

Cuando las malas hierbas crecen junto a los cultivos, compiten por el espacio, la luz y los nutrientes del suelo, pero también por el agua disponible. Al desherbar, se elimina la competencia de las malas hierbas y se optimiza el uso de los recursos hídricos por parte del cultivo.

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El estrés hídrico es un importante problema agrícola que no hace más que agravarse a medida que aumentan los periodos de sequía. Existen soluciones (presentadas anteriormente) para limitar su impacto en la producción agrícola.

No olvide consultar a expertos locales, como agrónomos o asesores agrícolas, para obtener recomendaciones específicas para su región, sus cultivos y las condiciones climáticas locales.

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